Los sismos son movimientos vibratorios impredecibles, que se
originan en el interior de la Tierra y se propagan en forma de ondas. Se
conocen dos tipos de sismos: los terremotos y los tsunami o maremotos. Sin
embargo, en algunas regiones de América se ocupa la palabra temblor para
indicar los movimientos sísmicos menores. Existen tres causas por las que se puede
producir un sismo:
Esta colocación se produce por el choque entre placas tectónicas y la zona
donde se produce este tipo de movimiento, que se conoce como falla geológica.
El hipocentro suele localizarse a 10 o 25 kilómetros de profundidad.
- Tectónico: es la liberación imprevista de energía
desde el interior de la Tierra por un acomodo de esta.
- Volcánico: el ascenso de magma hacia la superficie de
la Tierra a través de la chimenea de un volcán es tan fuerte y violento, que
puede provocar un sismo. Estos son de poca intensidad y dejan de percibirse a
poca distancia del volcán en erupción.
- Batisismo: aunque su origen no es del todo claro, se
caracteriza porque el hipocentro se encuentra localizado a enormes
profundidades (300 a 700 km), fuera ya de los límites de la litosfera.








